En el libro: “El camino de las lágrimas”, de Jorge Bucay, se expone detalladamente las situaciones por las que atravesamos las personas en duelo. Así también de manera sensible y humana menciona 20 recomendaciones que harían menos tortuoso este proceso de por sí doloroso. Aquí les dejo con mucho respeto y cariño
1.- Permítete estar en duelo.
– Permítete sentir el dolor, éste será el primer paso del camino y ningún camino se termina si antes no se comienza a recorrerlo
2.- Abre tu corazón al dolor.
– No te hagas el fuerte, no hay que guardarse todo para adentro, no las reprimas. Con el tiempo el dolor irá disminuyendo. Permítete el llanto, uno merece el derecho a llorar. Es necesario compartir lo que te está pasando con tu familia y amigos; el llorar es tan exclusivamente humano como el reír, el llanto actúa como una válvula liberadora de la enorme tensión interna que se produce la pérdida. Se debe considerar que por miedo a cansar o molestar te guardes el dolor.
3.- Recorrer el camino requiere tiempo.
Lo que realmente puede ayudar es lo que uno hace con el tiempo. Hay que preparase para las recaídas, no se puede llorar hoy lo de mañana, ni seguir llorando lo de ayer. Vive solamente un día cada día.
4.- Sé amable contigo.
– Uno de los momentos más difíciles del duelo suele presentarse después de algunos meses de la pérdida, cuando los demás empiezan a decirte que ya tendrás que haberte recuperado. Hay que ser paciente, no apurarse, jamás te persigas creyendo que ya deberías sentirte mejor. Tus tiempos son tuyos. Hay que recordar que el peor enemigo en el duelo es no quererse.
5.- No tengas miedo de volverte loco.
– Todos podemos vivir sentimientos intensos de respuesta a la situación de duelo, sin que esto lleve a ningún desequilibrio. La tristeza, la rabia, la culpa, la confusión, el abatimiento y hasta la fantasía de morir son reacciones habituales y comunes la mayoría de las personas las presenta después de una pérdida importante.
6.- Aplazar algunas decisiones importantes:
– Decisiones como vender la casa, dejar el trabajo o mudarse a otro lugar son trascendentes, y se deben tomar en momentos de suma claridad; dado que un cierto grado de confusión es inevitable en el recorrido de este camino, sería preferible dejarlas para más adelante.
7.- No descuides tu salud:
– La mayoría que recorre el camino, están tan ocupados en su proceso interno, están atentos a su sentir, que no prestan atención a su propio cuerpo. Hay que acudir al médico y no deambular buscando el profesional que acepte recetar los psicofármacos para “no sentir”, porque lejos de ayudar, contribuye a hacer crónico el duelo.
8.- Agradecer las pequeñas cosas:
– Es necesario valorar las cosas buenas que se encuentran en la vida, en esta situación de catástrofe. Sobre todo algunos vínculos que permanecen (familiares, amigos, pareja, sacerdote, terapeutas), y aceptar la confusión, el dolor, dudas y los momentos más oscuros del doliente.
9.- Anímate a pedir ayuda:
– No hay que interrumpir la conexión con los otros, aunque ellos no estén recorriendo ese camino, como doliente se necesita su presencia, apoyo, pensamiento, atención; hay que darle la oportunidad a los amigos y seres queridos de estar cerca. Anímate a pedir lo que necesitas, no es más sabio ni más evolucionado el que no precisa ayuda, sino el que tiene conciencia y valor para pedirla cuando la necesita.
10.-Procura ser paciente con los demás:
– Ignorar los intentos de algunas personas de decirte cómo tienes que sentirte y por cuánto tiempo, no todos comprenden lo que estás viviendo. Ellos intentan que olvides tu dolor, lo hacen con buenas intenciones, para no verte triste, tenles paciencia, apártate y busca quienes puedan permitirte estar mal y desahogarte sin miedo.
11.- Mucho descanso, algo de disfrute y una pizca de diversión:
– Date permiso para sentirte bien, reír con los amigos, hacer bromas, es tu derecho y además será de gran ayuda que busques momentos para disfrutar. Los malos momentos vienen por sí solos, pero es voluntaria la construcción de buenos momentos.
12.- Confía en tus recursos para salir adelante:
– Acuérdate de cómo resolviste anteriores situaciones difíciles de tu vida. Si se quiere sanar la herida, si no se quiere cargar la mochila con el peso muerto de lo perdido, no basta con esperar a que todo se pase o con seguir viviendo como si nada hubiera pasado. Se necesita dar algunos pasos difíciles para recuperarte. No existen atajos en el camino de las lágrimas. El pensamiento positivo te transforma en tu propio entrenador.
13.- Acepta lo irreversible de la pérdida:
– Aunque sea la cosa más difícil que has hecho en toda tu vida, ahora tienes que aceptar esta dura realidad: estás en el camino de las lágrimas y no hay retorno. La muerte siempre llega demasiado tarde o demasiado temprano. Siempre es un mal momento para que la gente se muera.
– Hablar de la pérdida, contar las circunstancias de la muerte, visitar el cementerio o el lugar donde se esparcieron los restos, todo puede ayudar poco a poco para ir aceptando la pérdida.
14.- Elaborar un duelo no es olvidar:
– El proceso de duelo permite buscar para tu ser querido el lugar que merece entre los tesoros de tu corazón. Es poder pensar en él, y no sentir ese latigazo de dolor. Es recordarlo con ternura y sentir que el tiempo que compartiste con él o ella fue un gran regalo. La elaboración permite darle sentido a todo lo que has vivido, y entender con el corazón en la mano que el amor no se acaba con la muerte.
15.- Aprende a vivir de “nuevo”:
– Hacer el duelo significa aprender a vivir sin algo, sin alguien, de otra forma. Es aprender a tomar nuevas decisiones por ti mismo, aprender a desempeñar tareas que antes hacía otro, aprender nuevas formas de relación con la familia, los amigos, aprender a vivir con algo menos. A veces este aprendizaje no incluye a otros, el duelo es aprender a vivir sin esa capacidad que se ha perdido. La experiencia es muchas veces un maestro muy cruel.
16.- Céntrate en la vida y en los vivos:
– Llega un momento en que sabes que es necesario soltar el pasado. La vida te espera llena de nuevas posibilidades. No hay nada de malo en querer disfrutar, en querer de ser feliz, en querer establecer nuevas relaciones…el corazón herido cicatriza abriéndose a los demás.
17.- Define tu postura frente a la muerte:
– La idea de qué significa la muerte, es tan teórica que vivencialmente es diferente para cada uno. Lo importante no es coincidir en una posición respecto a la muerte; si crees que te vas al cielo o al infierno, si vas a reencarnar, está bien. Lo que creas está bien, pero hay que tomar una posición.
18.- Vuelve a tu fe:
– Algunas cosas simplemente no son para ser manejadas por uno solo. Muchas personas encuentran que llevar estos problemas a Dios es una manera tranquilizadora de aligerar la carga que les pesa en el corazón.
19.- Buscar las puertas abiertas:
– Estamos a veces tan cegados por nuestra propia cólera, dolor o desgano que no vemos las nuevas puertas que se nos abren.
20.- Cuando tengas una buena parte del camino ya recorrida, háblales a otros sobre tu experiencia.
– No minimices la pérdida, ni menosprecies tu camino. Contar lo que aprendiste en tu experiencia, es la mejor ayuda para sanar a otros haciéndoles más fácil su propio recorrido, e increíblemente facilita tu propio rumbo.🦋🦋